Las mujeres somos fuertes. Fuertes en nuestra vida diaria, fuertes por dentro y también por fuera. Pero no por estar fuertes somos menos bellas.

Hay ciertos mitos falsos que giran entorno a  la relación entre entrenar duro en el gym y ponerse grande. Las mujeres que desarrollan grandes músculos son generalmente las que compiten, es decir, las fisioculturistas que se dedican a entrenar como profesión. Esto equivale a unas 7 horas diarias con unos objetivos y máximos altísimos, y por supuesto a complementos alimenticios específicos para el alto rendimiento.

Hay una diferencia abismal entre hacer deporte 3 veces a la semana y presentarte a una competición. En nuestro gym cuidamos el tono muscular pero sobre todo el bienestar físico. Es decir, ayudamos a que tu cuerpo pueda con las tareas de tu vida diaria; correr porque pierdes el bus, levantar la moto cuando un día de viento te la tiró al suelo, cargar con las fastidiosas botellas de agua, aguantar de pie muchas horas, aguantar a tu jefe otras tantas…

Todas esas cosas y además lucir un cuerpo tonificado, se consiguen con un entrenamiento corto pero intenso. Pero no es que lo diga yo, es que lo dice la ciencia.

Existen dos tipos de tono muscular; el tono muscular que tenemos en reposo (el miogénico) y el neurogénico, que es el que usamos cuando nos movemos. El functional fitness consigue, trabajando cargas fuertes, que el tono neurogénico se estimule y de firmeza al cuerpo.

Por todo ello, queda aclarado que el entrenamiento funcional o intensivo lo que hace es atajar el camino a la meta de estar en forma, de tener un físico productivo.

Visualmente podemos respirar tranquilas puesto que nunca luciremos músculos como los de un hombre, sin embargo, sí podríamos debatir sobre cuál es el sexo más fuerte.

¿Por quién votáis?