06
May 2015
Conoce a Loli, nuestra nueva coach.
Loli Sánchez nació el 18 de Febrero de 1984 en Marín, un pequeño pueblo de pescadores. Su relación con el deporte empezó cuando tan sólo tenía 4 años.
Empezó a desarrollar la flexibilidad, el equilibrio y la fortaleza con la gimnasia rítmica. A los 8 años entró en el Club de Atletismo en la modalidad de 800 metros y lanzamiento de disco. El vivir en una localidad conocida por tener una congregación evangélica de las más numerosas de España, debió influir en el hecho de que su entrenador fuera un cura, el padre Simón. El padre Simón tenía métodos de enseñamiento forjados en la vieja escuela. En aquel entonces no había palabras de ánimo, sólo gritos, trabajo duro y muchas exigencias.
Tras esos años de largas carreras y alguna que otra rabieta, Loli ya sabía que el deporte era una parte imprescindible en su vida. No le importaba lo duro que fuera ni que ninguna de sus amigas lo practicara. El deporte le enseñó a cambiar los “no me atrevo” por los “soy capaz”.
En su búsqueda de la intensidad y la exigencia encontró en Pontevedra la academia de MMA Kido Sport. Tras la primera clase de este deporte de combate que incorpora golpes, patadas, llaves y técnicas, recuerda que al salir por la puerta de la academia escuchó; “esta no dura más de un mes”. Lo dijeron los mismos que después de año y medio la felicitaban por sus avances. Para los calentamientos de MMA buscaban por internet ejercicios funcionales ejecutados a alta intensidad. Y claro, entre esos vídeos de youtube se coló algún que otro bestia que por allá por California practicaban algo que se llamaba CrossFit. Así lo descubrió.
Poco después estaba entrando en una nave en la que colgaban cuerdas, había barras y cajones, era el Pontevedra Box 004. Ella era de las primeras socias.
Loli trabajaba una media de 10 horas en una perfumería de la calle Benito Corbal. Cuando sonaba el despertador, le ayudaba a levantarse pensar, que al terminar en la tienda, a las nueve de la noche, podría ir al box a entrenar con Borja Fernández. Él fue el primer ejemplo de un gran coach, marcó su crecimiento como atleta.
En 2014 se inscribió a los Promo Fit Portugal. Su equipo lo formaban 3 chicos y 3 chicas. Se hacían llamar “CrossFit Xouba”. El Pabellón de Matosinhos (Portugal) estaba más lleno que nunca, entre el ruido de los remos y el magnesio en el aire, el ambiente estaba cargado de nervios y mucha emoción.
Salió el WOD: Burpees y carreras suicidas.
Los CorssFit Xouba se miraron concentrados, se apoyaron con la mirada los unos a los otros diciéndose; “podemos hacerlo”. El reloj empezó a contar y después de darlo todo, de no oír más que a su mente exigiéndoles seguir, vieron que eran los primeros. Con una ventaja de más de 2 minutos frente al segundo equipo clasificado. Ganaron. Sintieron una satisfacción inigualable que se multiplicaba al ser compartida en equipo.
Después de esa experiencia dio el pistoletazo de salida a su nueva carrera de atletismo, pero esta vez cambió la pista por los libros y empezó a coger aviones para salir de BoaVila y formarse como coach de CrossFit. Tras dos años de Halterofilia, certificarse en CrossFit Level 1, asistir a seminarios de Kettlebells, Paleotranning y Endurance, hoy sabe que fue un acierto dejar esa perfumería de la calle Benito Corbal (Pontevedra) y entrar con paso firme al Pasaje Rustullet número 18 para abrir la persiana de Condal CrossFit.