Ago 2013

Inquebrantable

No se le quebrantan las fuerzas, ni las ganas, ni los ánimos. Se le quebrantan los huesos, y no sólo uno, sino varios a la vez; fractura de escafoide carpiano muñeca derecha y luxación de codos. Pero por una extraña razón la barra de halterofilia se sigue levantando con 109kg casi sola.

Él es algo fuera de lo común. Es un deportista nato. El deporte lo eleva por encima de todas las adversidades. Ha habido muchos momentos duros en el terreno personal, más duros que cualquier  clean & jeark de 140.5kg y snatch de 115kg. Pero casi sin saber cómo ni porqué, cuando no había de dónde sacar las ganas, sus pies le llevaban por inercia dirección al Club de Halterofilia Bcn.

Está hecho de otro material. La Halterofilia le ha hecho inquebrantable. Tiene un cuerpo de acero, a prueba de renuncias, a prueba de desánimos, a prueba de prejuicios y desamores.

La barra y él son uno. La agarra con la misma fuerza con la que se aferra a la vida. Bailan al mismo compás. Bailes latinos como el merengue, las salsa o la bachata se ven sosos y aburridos comparados con su baile con la barra. La coge desde abajo con delicadeza y concentración. Un buen jalón hacia arriba seco e intenso, la besa con su cadera y luego la calma de nuevo, la acaricia bien por los extremos para levantarla en lo más alto agarrándola bien fuerte.

Lleva en éste deporte desde el 1984. Desde niño ya dormía en centros de alto rendimiento en las que a cinco metros de la cama encontrabas la tarima. Su trayectoria fue dura por la falta de recursos y subvenciones para éste deporte. Pero aún así, la halterofilia le abrió las puertas al mundo. Viajó por todos los continentes; en el 86 República  Dominicana, 87 Indianápolis, 88 -89-90 Cuba, 90 México y Perú, 91 Cuba y Puerto Rico. Fue elegido mejor deportista de Venezuela en el 87 y en el 91 por el Círculo de periodistas deportivos. A menudo, era llamado en tarimas internacionales dónde la pronunciación de su nombre se hacía muy complicada; “Jesuf Fárfin”, “Josú Fashfan”… Salió con el peso incorrecto más de una vez por no entender que era a él a quién llamaban. Con el tiempo su oído evolucionó y detectaba al instante cuando llegaba su hora de salir al ruedo.

Tras el maratón de competiciones y victorias, llegaron las medallas en los Másters de Australia, Polonia Chipre e Italia.

A partir del 1992 tuvo que sumarle a la dificultad de la falta de ayudas del Estado, el no tener entrenador ni un equipo de apoyo. Nunca le acompañó nadie moto g pure phone casedoes jomashop sell fake watches. Nunca tuvo un nutricionista que le preparara una dieta específica para deportistas de elite. Pero no le hacía falta. Las arepas le daban la energía suficiente para batir nuevos récords.

Dicen que el deporte tienen una edad. Que hay edades en las que se debe aceptar que el cuerpo ya no da más. Pero os recuerdo que él es un ser fuera de lo común, aún hoy, cuando entra a la sala de halterofilia algo cambia, el ambiente se llena de profesionalidad. Cuando se acerca a la barra su corazón late más fuerte, se tensan sus músculos y se le llena la cara de ésa luz y de ésa ilusión que nos da una lección a todos sobre qué es realmente amar a un deporte más que a la vida.

A lo largo de su carrera deportiva Josué Farfán ha ganado más de 200 medallas. La lista es infinita, pero destacan el título de cuatro veces campeón del mundo y dos veces campeón Olímpico en Másters, vencedor de los juegos Panamericanos.

Josué Farfán nació haltera el 24.11.1968, y seguirá haciendo bailar a la barra hasta que muera.